En las décadas posteriores a la Primera Guerra Mundial, un grupo de escritores expatriados —estadounidenses en su mayoría— encontró en París una ciudad vibrante, caótica y creativa donde reconstruir sus vidas y su arte. F. Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway, Gertrude Stein, Ezra Pound, T. S. Eliot y otros conformaron lo que luego sería conocido como la Generación Perdida (Lost Generation), un término acuñado por Stein y popularizado por Hemingway en su novela The Sun Also Rises. Sin embargo, aquella ciudad de cafés bohemios y tertulias literarias no tardaría en ser envuelta por la oscuridad: la ocupación nazi de París en junio de 1940 marcó el principio del fin de aquel sueño intelectual y artístico.

París como refugio cultural
Durante los años 20 y principios de los 30, París ofrecía una libertad inusitada para los artistas. El cambio de valores tras la Gran Guerra había generado una profunda desilusión, especialmente entre los jóvenes norteamericanos. Muchos de ellos, desencantados con el materialismo y la moral puritana de su país, encontraron en la capital francesa un ambiente más abierto, donde el arte, la literatura y la experimentación eran moneda corriente.
Allí, en cafés como el Dôme, la Closerie des Lilas y Les Deux Magots, surgieron obras fundamentales del siglo XX. Gertrude Stein actuaba como mecenas y mentora, mientras Hemingway escribía en libretas baratas que luego darían lugar a novelas como Fiesta y Adiós a las armas. La ciudad era un laboratorio creativo, a pesar —o quizás a causa— de las heridas aún abiertas de la guerra.
La amenaza del nazismo y el exilio

Con la llegada de los años 30, la situación política europea comenzó a ensombrecerse. La consolidación del poder de Adolf Hitler en Alemania, el antisemitismo creciente y el ascenso de los totalitarismos empezaron a preocupar a los artistas e intelectuales. Muchos de ellos, especialmente los de origen judío o con ideas progresistas, comenzaron a abandonar Europa.
La invasión de París por las tropas alemanas en junio de 1940 fue un punto de inflexión. La ciudad fue ocupada hasta agosto de 1944, y durante esos años se instauró un régimen de censura, persecución y propaganda que afectó directamente al mundo intelectual. Las librerías cerraron, los periódicos independientes desaparecieron y muchos escritores fueron perseguidos por su origen o sus ideas.
Algunos autores, como Henry Miller, ya habían abandonado la ciudad antes de la invasión. Otros, como Gertrude Stein, optaron por permanecer, aunque su colaboración con el régimen de Vichy sigue siendo motivo de controversia. Por su parte, Hemingway, quien había regresado a Estados Unidos, se convirtió en corresponsal de guerra y participó en la liberación de París junto con las fuerzas aliadas.
Un legado bajo las sombras
La ocupación nazi no solo interrumpió la efervescencia cultural de París, sino que dejó una herida profunda en el imaginario de toda una generación. La experiencia de guerra, el exilio y la traición se filtraron en las obras posteriores de estos autores. La Segunda Guerra Mundial no solo transformó la geopolítica mundial, sino también la manera en que los escritores concebían su papel en la sociedad.
Aunque la Generación Perdida ya había comenzado a dispersarse mucho antes de la invasión nazi, la ocupación de París supuso el cierre simbólico de aquella época. Sin embargo, su legado perdura: los ecos de sus conversaciones, sus páginas escritas en pensiones oscuras, sus noches largas de vino y debate sobreviven en la memoria cultural como una era dorada interrumpida por la brutalidad del totalitarismo.



Ernest Hemingway (1899–1961)
Periodista, novelista y ganador del Premio Nobel de Literatura (1954), Hemingway es uno de los máximos representantes de la Generación Perdida. Llegó a París en los años 20 como corresponsal extranjero y se formó literariamente bajo la tutela de Gertrude Stein y Ezra Pound. Su estilo sobrio y directo revolucionó la prosa en inglés. Entre sus obras más famosas están The Sun Also Rises (1926), A Farewell to Arms (1929) y For Whom the Bell Tolls (1940). Participó como corresponsal en la Guerra Civil Española y en la Segunda Guerra Mundial.
F. Scott Fitzgerald (1896–1940)
Autor de The Great Gatsby (1925), Fitzgerald capturó como pocos la efervescencia y el vacío de los “locos años 20”. Aunque pasó temporadas en París y la Riviera francesa, su vida estuvo marcada por la lucha contra el alcoholismo y la enfermedad mental de su esposa Zelda. Su obra, inicialmente subvalorada, ha sido revalorizada como una crítica profunda al sueño americano y al desencanto de la posguerra.
Gertrude Stein (1874–1946)
Escritora, coleccionista de arte y figura clave en la vanguardia cultural de París, Stein fue mentora de varios escritores de la Generación Perdida. Su salón en el 27 de la rue de Fleurus era un punto de encuentro para artistas como Picasso, Matisse y Hemingway. Su estilo experimental y fragmentado influyó tanto en la literatura como en el arte moderno. Su autobiografía escrita desde el punto de vista de su compañera (The Autobiography of Alice B. Toklas, 1933) fue un éxito de ventas.



Ezra Pound (1885–1972)
Poeta y crítico estadounidense, fue una figura clave del modernismo literario. Aunque más asociado con Londres y luego con Italia, Pound pasó por París y tuvo contacto con varios miembros de la Generación Perdida. Promovió la obra de T. S. Eliot y James Joyce. Su papel durante la Segunda Guerra Mundial, apoyando al régimen fascista de Mussolini desde la radio italiana, lo volvió una figura controvertida. Fue arrestado por traición y confinado en un hospital psiquiátrico en EE.UU.
T. S. Eliot (1888–1965)
Poeta, ensayista y dramaturgo nacido en Estados Unidos pero nacionalizado británico, Eliot tuvo contacto con la vanguardia parisina aunque se asentó principalmente en Londres. Su poema The Waste Land (1922), editado con la ayuda de Ezra Pound, es uno de los pilares del modernismo. Aunque su estilo era más introspectivo y filosófico, compartía con la Generación Perdida el espíritu de desencanto posbélico.
John Dos Passos (1896–1970)
Novelista, periodista y artista, Dos Passos fue uno de los cronistas más incisivos del Estados Unidos de entreguerras. Participó como conductor de ambulancias en la Primera Guerra Mundial, experiencia que lo marcó profundamente. Vivió en París durante los años 20 y fue amigo cercano de Hemingway, aunque luego se distanciaron ideológicamente. Su trilogía U.S.A. (1930–1936) combina narrativa, fragmentos periodísticos, biografías y monólogos interiores en un estilo innovador y modernista.




Henry Miller (1891–1980)
Autor de novelas semiautobiográficas y provocadoras como Tropic of Cancer (1934), Miller vivió en París durante los años 30. Aunque su obra es posterior a la etapa clásica de la Generación Perdida, se nutre de la bohemia parisina y del mismo espíritu de ruptura. Su escritura, directa y sin censura, fue considerada obscena en su tiempo y prohibida en EE.UU. hasta los años 60. Miller capturó como pocos la vida de los expatriados en el París precario y sensual de entreguerras.
Sylvia Beach (1887–1962)
Editora, librera y figura clave del ambiente literario parisino, Beach fue la fundadora de la mítica librería Shakespeare and Company en 1919. Fue la primera en publicar Ulysses de James Joyce en 1922, cuando la novela fue prohibida en Gran Bretaña y Estados Unidos. Su librería fue un centro de encuentro de la Generación Perdida y refugio cultural durante años. La tienda fue cerrada durante la ocupación nazi, cuando Beach se negó a venderle un libro a un oficial alemán.
James Joyce (1882–1941)
Aunque irlandés y no parte directa de la Generación Perdida, Joyce fue una figura crucial del modernismo literario. Residió en París durante gran parte de su vida adulta, donde escribió y publicó gran parte de Finnegans Wake (1939). Su relación con la comunidad de expatriados fue compleja, pero muchos de ellos (como Hemingway) lo admiraban profundamente. Fue protegido por varias figuras del círculo literario durante la ocupación, aunque murió en Zúrich en 1941.
Janet Flanner (1892–1978)
Periodista estadounidense, famosa por sus crónicas de París firmadas como “Genêt” en The New Yorker, Flanner fue una observadora privilegiada del París de entreguerras y de la ocupación. Sus escritos combinan análisis cultural, reportaje social y aguda observación. Se mantuvo en París hasta poco antes de la invasión nazi, y volvió tras la Liberación. Su legado como cronista de una época es indispensable para entender el ambiente de la Generación Perdida.
Lugares de París Asociados a la Generación Perdida



1. Shakespeare and Company (12 rue de l'Odéon)
- Asociados: Sylvia Beach, James Joyce, Ernest Hemingway, F. Scott Fitzgerald
- Importancia: Fue mucho más que una librería; funcionaba como biblioteca, editorial y punto de encuentro. Aquí se publicó Ulysses de James Joyce en 1922, y Sylvia Beach fue una figura maternal para muchos jóvenes escritores.
2. La Closerie des Lilas (171 Boulevard du Montparnasse)
- Asociados: Ernest Hemingway, Ezra Pound
- Importancia: Café histórico del barrio de Montparnasse, donde Hemingway solía escribir y editar sus textos. Mencionado en su París era una fiesta (A Moveable Feast). Era uno de sus lugares preferidos por la tranquilidad que ofrecía a los escritores.
3. Les Deux Magots (6 Place Saint-Germain-des-Prés)
- Asociados: Hemingway, Simone de Beauvoir, Jean-Paul Sartre (posteriormente)
- Importancia: Cafetería famosa por atraer a intelectuales. En los años 20, era uno de los puntos clave de reunión para escritores y artistas. Hoy, se entrega allí el "Prix des Deux Magots", un premio literario.



4. Le Dôme Café (108 Boulevard du Montparnasse)
- Asociados: Hemingway, Henry Miller, Man Ray, Anaïs Nin
- Importancia: Otro café de Montparnasse que servía de refugio bohemio. Era conocido como “el café de los extranjeros”. Miller lo menciona frecuentemente en Trópico de Cáncer.
5. Café de Flore (172 Boulevard Saint-Germain)
- Asociados: Hemingway, Fitzgerald, Stein
- Importancia: Competidor directo de Les Deux Magots, era otro centro neurálgico del pensamiento moderno. Aunque más asociado a los existencialistas en los años 40, ya era frecuentado por escritores anglosajones durante los años 20 y 30.
6. 27 rue de Fleurus – Casa de Gertrude Stein
- Asociados: Gertrude Stein, Alice B. Toklas, Picasso, Matisse, Hemingway
- Importancia: El salón de Stein fue fundamental para el arte y la literatura del siglo XX. Allí se mezclaban escritores con artistas visuales en discusiones vanguardistas sobre estética, literatura y política. Fue también un espacio de mentoría para Hemingway.



7. Hôtel Ritz Paris (15 Place Vendôme)
- Asociados: Hemingway, Fitzgerald
- Importancia: Aunque un lugar de lujo, el Ritz era visitado por Hemingway y Fitzgerald, a veces en episodios de excesos y drama. Tras la liberación de París en 1944, Hemingway “liberó” el Ritz simbólicamente con un grupo de soldados.
8. Rue Jacob (en Saint-Germain-des-Prés)
- Asociados: Varios escritores se hospedaron o vivieron temporalmente aquí.
- Importancia: Calle estrecha y pintoresca, albergaba pensiones baratas y pequeños estudios, lo que la convertía en un centro de residencia informal para jóvenes escritores y artistas con poco dinero.
9. Jardin du Luxembourg
- Asociados: Hemingway, Dos Passos
- Importancia: Hemingway caminaba con frecuencia por estos jardines cuando no tenía dinero para comer, inspirándose o leyendo. Los menciona varias veces en sus memorias.