Colaboración de Ángel Pajares Villalba (Maquinista 1986-2014)

La estación de Príncipe Pío

La estación de Príncipe Pío, en su origen conocida como Estación del Norte, construida como estación terminal en Madrid de La Línea General del Norte o también llamada Línea Imperial pronto se constituyó en un importante punto de referencia ferroviario de la capital.

El proyecto de construcción corrió a cargo de ingenieros franceses, de donde tomó su nombre el “puente de los franceses” que salva el río Manzanares al poco de abandonar la estación, así el primitivo embarcadero que se elevaba sobre el río se convirtió en 1882 en una modernista estación con dos edificios, uno para viajeros y otro para gestionar el tráfico de trenes; entre ambos edificios se situaban cinco vías: dos empleadas para la salida y llegada de trenes y tres para formar y apartar trenes.
En sus inicios la línea finalizaba en la estación madrileña de El Escorial, para dos años más tarde prolongarse hasta Ávila. Actualmente la primitiva estación es un centro comercial.

Las Míticas Mikado

En 1917 la llamada Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España adquirió a la empresa estadounidense ALCO un pedido de 55 locomotoras “Mikado”, el objetivo de la compañía ferroviaria era ponerlas en circulación en aquellas líneas que por su especial orografía eran consideradas de alta dificultad. La línea Madrid Príncipe Pío-Valladolid (por Ávila y Segovia) era una de estas líneas ya que discurría ni más ni menos que por la Sierra de Guadarrama donde las rampas y desniveles eran extremadamente exigentes.

La denominación “Mikado” se produce a raíz de la compra por parte de la compañía japonesa Japan Railway de un pedido a la estadounidense ALCO, de una locomotora con una disposición de ejes determinados: un eje guía, cuatro ejes motores y un eje trasero de apoyo, es decir, una disposición 1-4-1. Se ha señalado que dos años antes se estrenó en Estados Unidos una ópera muy popular y exitosa denominada “Mikado” (Emperador en japonés), un término muy asociado a la cultura japonesa que acabó calando en el acervo popular y asociándolo a la locomotora más exitosa de la época.

El 23 de junio de 1975 en la estación de Vicálvaro-Clasificación, se realizó el apagado de la locomotora Mikado número 141F 2348 perteneciente al depósito de tracción de Ciudad Real, así como el personal de conducción. La importancia del acto quedó patente con la presencia del Príncipe de Asturias; le asisten el maquinista Hipólito Martínez Prado y el fogonero Joaquín Larrondo Sabater.

Tuvieron un gran éxito en todo el mundo junto con la “Confederación (2-4-2) y la “Santa Fe” (1-5-1) pero particularmente en España la “Mikado” fue de las locomotoras más utilizadas entre 1953 y 1975. Las primitivas, eran de vapor carbón y posteriormente fueron fuelizadas, lo que las dotaba de mayor autonomía y por qué no decirlo, facilitaba la dura tarea del fogonero. Su inconfundible silueta en cabeza de los trenes que recorrían el paisaje español y sus grandes penachos de humo no pasaban desapercibidos, gracias a su gran versatilidad, robustez y fácil mantenimiento remolcaron todo tipo de trenes de mercancías, expresos, rápidos, correos y omnibuses.

Hay varias preservadas en perfecta orden de marcha y son utilizadas en conmemoraciones ferroviarias, excursiones de asociaciones ferroviarias e incluso trenes charters, otras tantas perfectamente cuidadas y restauradas en regios pedestales en varias ciudades españolas para admiración y conocimiento de sus ciudadanos (Albacete, Ciudad Real, Leganés...) pero la excepción se encuentre en la estación de Horna- Villarcayo (Burgos) en la extinta línea Santander-Mediterráneo donde podemos encontrar la “Mikado” 141F 2401 con menos esplendor, abandonada su suerte pero con su inconfundible belleza intacta.

Con la colaboración de: Ángel Pajares Villalba (Maquinista 1986-2014)