En 1928, la compañía Unilted Fruit Company amenazó a las autoridades colombianas con reprimir una huelga de los trabajadores de las plantaciones situadas en Ciénaga; sin embargo, el presidente conservador Miguel Méndez decidió  resolver a favor de la bananera. El resultado: al menos 1800 trabajadores asesinados y más de un centenar de heridos marcaron otro capítulo negro de la United en Latinoamérica.

United Fruit Company

La United Fruit Company, establecida en 1899 por empresarios estadounidenses, adquirió distintas plantaciones en Ciénaga, Colombia, para comerciar con las frutas y exportarlas a su país y a Europa.
La compañía no tardó mucho en enfrentarse a distintas protestas hasta que en Diciembre de 1928, los trabajadores decidieron entrar en huelga exigiendo mejores condiciones de trabajo, sueldos dignos, una semana de trabajo de seis días y que no les volvieran a pagar con cupones para alimento. Los dueños de la empresa rechazaron las peticiones y presionaron al gobierno de Colombia para detener el paro. Al inicio Estados Unidos amenazó con enviar un grupo de marines para invadir el área, pero el presidente conservador Miguel Méndez les afirmó que él mismo se haría cargo de solucionar el problema.

La masacre

Los telegramas que envió el consulado de Colombia al Secretario de Estado mostraban preocupación sobre las ideas revolucionarias del "proletariado en contra del Gobierno". Así que después de que el presidente Méndez asegurara calmar las revueltas, decidió enviar un grupo militar a la zona.

El ejército cerró las calles y sólo ofreció cinco minutos para que despejaran. Sin tiempo suficiente para salir corriendo, las personas que formaban parte de la protesta, incluyendo mujeres y niños, fueron masacrados. Nunca se ha confirmado la cantidad exacta.
El General Cortés Vargas aseguró haber matado a 47 personas. Algunos informes del gobierno señalaban un máximo de ocho víctimas. Sin embargo, los supervivientes reportaron el fallecimiento de más de 1000 personas. Un telegrama de la embajada de Bogotá en Estados Unidos decía:

«Tengo el honor de reportar que el representante de Bogotá de la United Fruit Company me dijo ayer que el número de atacantes asesinados por la milicia colombiana excedió los mil».

Cien años de soledad

En la novela de Gabriel García Márquez, el Nobel detalla una versión ficticia de uno de los hechos que moldearon la historia de Colombia: una matanza de cientos de inocentes. Cuando ocurrió dicha masacre, el escritor sólo tenía un año de edad. Sin embargo, cuando creció debió de escuchar la historia de esos hechos que habían sucedido a sólo unos cuantos kilómetros de su ciudad natal.